sábado, 8 de noviembre de 2008

Mercado de cambios

El mercado de cambios no fue pensado para allí jugar a la ruleta, sino para otorgar liquidez en divisas a quienes necesitan de ella para hacer pagos en el exterior o para hacer inversiones en el exterior, y también para dar liquidez en moneda local a quienes cobran cuentas en el exterior, y a quienes repatrían inversiones y/o beneficios desde el extranjero, y a quienes son foráneos y desean hacer pagos locales o inversiones locales, etcétera, etcétera…

El mercado de cambios ciertamente no debería ser un ámbito propicio para la especulación, pues los especuladores que eventualmente allí actúan en muchos casos son ganadores, en muchos casos obtienen beneficios, y la riqueza así obtenida no es en contrapartida de un aporte sustantivo y positivo en trabajo de algún tipo o en ideas de algún tipo o en logística de algún tipo o en creaciones de algún tipo… Por el contrario, cuando los especuladores ganan en el mercado de cambios, no es porque ellos generan riqueza de la nada, no es porque ellos hayan aportado algo sustantivo y positivo a la sociedad que los cobija, sino que es porque directa o indirectamente consiguieron sustraer riquezas a otros… y esos otros integran una larga lista en la que podrían destacarse: (1) especuladores no tan afortunados, y (2) actores del sector productivo, y (3) actores del ámbito estatal, y (4) actores del sector financiero, y (5) fondos de inversión, y (6) simples trabajadores endeudados, y (7) simples pequeños ahorristas, etcétera…

Por poner énfasis en alguna parte, pongamos atención en los mal llamados fondos de inversión… Y decimos mal llamados fondos de inversión, pues por ejemplo y en todo caso ellos merecerían ser llamados fondos de inversión y especulación…

En efecto, es muy lícito que los pequeños ahorristas y que los organismos de previsión social entreguen el manejo de sus dineros a un determinado mecanismo especializado, desde el cual se pueda hacer un uso mucho más técnico de estos recursos, diversificando riesgos, y también, y también escalonando reintegros, promoviendo inversiones sanas dentro y fuera de fronteras, participando en negocios o en emprendimientos que por su complejidad y envergadura no están al alcance de cualquiera, etcétera, etcétera… Así, los trabajadores podrían asegurarse mayores pensiones después de su retiro… Así, los pequeños ahorristas podrían paulatinamente incrementar sus ahorros en una forma lícita… Así, los pequeños inversionistas disminuirían riesgos y se evitarían muchos dolores de cabeza…

Pero no, los administradores de fondos de inversión entienden que lo que se espera de ellos es máxima rentabilidad, máximos beneficios, máximas ganancias, y en consecuencia es usual que compongan sus portafolios de colocaciones tanto con inversiones genuinas de mediano y largo plazo, como con manejos especulativos de corto plazo y cortísimo plazo…

Sin duda hemos construido un tejido económico que favorece el comercio, que favorece del progreso económico y social, que también favorece la investigación en ciencias básicas y en tecnologías aplicadas, pero que también es caldo de cultivo para las actividades especulativas e ilegales…

¡Y luego nos quejamos de las burbujas especulativas y de las recurrentes crisis financieras!…

¡Y luego nos quejamos que en el presente año 2008 se utilice el dinero de los contribuyentes para el apresurado y desordenado rescate de algunas instituciones bancarias quebradas!…

Las burbujas especulativas y las crisis financieras y ciertamente también las actividades ilegales con evidencia están ellas en auge, así como también lo está el comercio internacional, y así como también lo están algunas otras actividades socioeconómicas generales, y todo esto era de esperar puesto que hemos construido un tejido sociofinanciero que permite y que privilegia este tipo de cosas, que permite y que premia a quienes especulan… y a quienes despliegan comportamientos no del todo lícitos…

Recordemos esa muy sabia expresión popular: La ocasión es lo que hace a un ladrón…

Según su estadio de desarrollo y sus características, el sistema capitalista ha recibido diversos motes entre los que se destacan los siguientes… capitalismo inicial o precapitalismo, capitalismo primitivo y salvaje, capitalismo colonialista de segunda época, capitalismo neocolonialista, capitalismo imperialista, capitalismo socialdemócrata o de bienestar, capitalismo neoliberal, capitalismo unipolar, capitalismo multipolar, capitalismo emprendedor, capitalismo monopolista y multinacional, capitalismo concurrencial-emprendedor, capitalismo anarquista y sindical, capitalismo de partido, etcétera, etcétera…

Por cierto, tampoco han faltado los motes asociados con visiones futuristas y más o menos utópicas, como por ejemplo el capitalismo comunitario defendido hacia fines del siglo XX por Agustí Chalaux de Subirà, o como por ejemplo el capitalismo paternalista-social así como el capitalismo digital y telemático propuesto por el Grupo Carlos Cúdita…

Y el capitalismo especulativo… es la fase del capitalismo en la que nos encontramos en la hora presente…

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